Alquimia Liminal
Concuerdo con Gloria Anzaldúa: escribir es un acto alquímico: “the act of writing is the act of making soul” (Keating 169). Lo es, porque al escribir fusionamos nuestra mente con sus ideas y pensamientos, la memoria con sus olvidos y desvíos, y el “making soul” o el conjuro de un espacio liminal de identidades contingentes que fluyen y convergen. ¿Qué hacemos con las etiquetas y qué narrativas queremos ampliar? ¿Qué hacer cuando nos encontramos tan liminalmente visibles/invisibles?
Llevo poco más de una década publicando escritos para la Revista Cruce en Puerto Rico. De vistazos a la prensa hispana en Nueva York en la década del 1930¹ a reflexiones sobre el lenguaje inclusivo,² mi alquimia (liminal) temática aborda asuntos de interés personal y de urgencia colectiva. Así, opto por lanzar mi anclaje palabresco desde la latitud 43ºN donde resido desde hace más de un cuarto de siglo. Por una esquina —la que conduce a la vía principal— soy puertorriqueña. Por un desvío provisional, soy una boricua de la diáspora. Por una ramal entroncada en las esperanzas de una madre yaucana cuya madre solamente cursó hasta el cuarto grado, he aterrizado como profesora de literatura latinoamericana y Latinx en esta ciudad con particulares conexiones a Puerto Rico llamada Milwaukee. En una de esas expediciones virtuales googleísticas, me topé con un dato metafóricamente profundo: que hay un punto del Puerto Rico Trench que se llama Milwaukee Deep.
Mi fascinación por los mapas y sus rutas de conocimiento me acomoda en una cabina teleférica de pensamientos-experiencias hasta llegar a un lugar no-lugar: a un “Nepantla”. Desde el Caribe se está en ese espacio sin tregua hasta antes y desde después. Anzaldúa emplea este vocablo del náhuatl para referirse a ese in-between, a ese viajar de una identidad presente a una nueva (Keating 180). Una persona puertorriqueña se enfrenta a la desorientación nepantlera que el tener una nacionalidad y una ciudadanía diferente puede provocar, en especial cuando se establecen juntas de control³ (de gobierno y poder) sin que les boricuas tengan ni voz ni voto en el asunto. Según Rebeca L. Hey-Colón: “claiming a socially and politically palatable label can entail the dismissal of seemingly incongruent parts of our personhood” (3). Ser de Puerto Rico es tanto un honor como un reto y el impacto de la situación colonial puertorriqueña crea toda una serie de rutas, a veces disparatadas, en torno a la pregunta sobre la identidad. Como bien expone Bianca Graulau⁴ en sus reportajes, lxs puertorriqueñxs constantemente estamos resistiendo, sean los desplazamiento forzados o los ninguneos producto de legado colonialista.
Cuando se esfuman las capas de la trillada frase de “lo bien que lo tienen los puertorriqueños” nos vemos sin filtro: somos sujetos coloniales. Lxs puertorriqueñxs de la diáspora transitan por otros bordes de delicado balance. Por un lado, podemos ser “el orgullo familiar” y a la vez ser de ese grupo non grato de “los que se fueron”. Quizás somos quienes variamos el repertorio teatral y le damos un descanso a Lorca para montar La farsa del amor compradito, de Luis Rafael Sánchez, mientras estamos en la escuela graduada. Podemos ser quienes añadimos a Tato Laviera, a Mayra Santos Febres, a la misma Anzaldúa a la lista de lecturas de maestría ya una vez llegamos a ser full professors. ¿Es que a nadie antes se le había ocurrido implementar estas actualizaciones/variaciones? O, ¿es que lxs "desorientadxs" caribeñxs y nepantlerxs no somos materia para tomar en serio?
Una paradoja de la visibilización sin proyecto de inclusión con arraigo es que existe la expectativa de que si eres latino/a/x estás representando a todos en esa categoría. Las etiquetas son un arma de doble filo. Ese es otro borde—otro espacio liminal—que navegamos como entes caribeñxs y/o como seres diaspóricos. Las etiquetas identitarias tienen la importante función de visibilizar y, por ende, de no dejar que las diversas formas del ser (humano, latine, boricua, lgbtq+) queden absorbidas por presiones de asimilación. Simultáneamente esas etiquetas requieren un constante (re)calibrar para tener sentido. Visibilizar no es un fin en sí sino un sendero hacia entendimientos mucho más matizados. Como nos recuerda Anzaldúa, “the dominant culture shapes the ethnic artist's identity if s/he does not scream loud enough and fight long enough to name her/his self” (Keating 182). Resalta, además, en lo que Anzaldúa plantea el modo en que la trayectoria del uso del lenguaje inclusivo ha ido dejando huella. El "s/he" y el "her/his" son paralelos al "él/ella" en español que denotan el esfuerzo por romper con la norma masculinista del "he"/ "él" para referirse a cualquier persona. Aún así, es un paso dentro de los esfuerzos mayores por superar la idea de que solamente hay dos géneros, tema que no está en boga solo por estar en boga, sino que se sigue explorando ya que la norma lingüística puede ser mucho menos excluyente.
Aún con los equívocos frecuentes de Google Maps en Puerto Rico, esta puertorriqueña bilingüe profesora y ciudadana estadounidense sabe que goza de privilegios identitarios. No obstante, al no posicionarse como "defensora del idioma español" pues escribe “nosotres”, de seguro alguien dirá que ando bajo la influencia abrumadora del inglés (que supuestamente sufren los puertorriqueños), o que soy parte de ese invento “académico" de la x, imponiendo cosas del inglés donde no cabe. Frente a estas tergiversaciones, veo en “Latinx” no necesariamente el término que resuelve de una vez y por todas la impronta colonialista—Latinx, como opción a latina/latino nos remonta al latín y al Imperio Romano—sino un término dinámico que también nos trae la opción de “latine”. Señala Hey-Colón: “‘Latinx’ continues to become untethered to US-specific contexts, its cohabitation alongside terms such as ‘diaspora’ will proliferate, revealing newfound continuities” (4-5).
Vuelvo al mapa que voy siguiendo/creando y consulto el calendario. Llega a mediados de septiembre el Latinx Heritage Month, simultáneamente conocido como Hispanic Heritage Month. Escribir y leer sobre esta celebración nos puede inspirar a aprender más sobre Abya Yala (Latinoamérica) y sus pueblos originarios y cómo—sin juicio de valor—Estados Unidos también es un país Latinx. No obstante, como cualquier evento relacionado a comunidades tradicionalmente excluidas por la cultura dominante aprovecho para ponderar de nuevo. ¿Es que lo latino/Latinx se reduce a los aspectos que se han vuelto superficiales por esa misma cultura mainstream? ¿Nos quedamos con la idea de que la cultura es “light” y se trata meramente de comer tacos y bailar salsa y reggaetón? ¿Por qué no ir más a fondo—Milwaukee Deep deep—y explorar cómo la comida y la música implican complejidades históricas en cuanto a raza, etnia, género, clase socio-económica y más? Una que otra lección sobre imperios y subordinaciones, colonias y modos de resistir están ahí esperándonos al otro lado del signo de interrogación.
Llevo dos largos 20 de septiembre situada en estas latitudes: el de 2017 y el de 2022. Días y noches de huracanes devastadores como lo han sido María y Fiona. Quienes “nos fuimos” tenemos ese ancla afectiva que nos posiciona en el lugar donde nos encontremos físicamente y también allá en Borikén. Enseñar “La noche boca arriba” de Julio Cortázar y hablar de mundos y temporalidades convergentes en el cuento adquirió para mí nuevas profundidades esa inolvidable fecha del 20 de septiembre del 2017. Ambos huracanes azotaron en pleno Latinx Heritage Month, con nuestras familias allá sin luz por días, semanas, o meses. Por estas latitudes y longitudes, no hubo ni un mensaje de reconocimiento y apoyo por parte de nuestras instituciones académicas; sí los hubo de organizaciones comunitarias. Lo liminal del ser visible/invisible requiere que contemos y exploremos nuestras experiencias entre los bordes que informan aspectos de nuestra identidad multicontextual.
Para concluir esta breve alquimia liminal, con certeza digo que los huracanes —literales y/o metafóricos— no borran nuestros anclajes. Explorar a partir de estosposibilita la amplificación de caminos de información y entendimiento, entre lo que nos une y lo que nos hace maravillosamente diferentes.
¹Ya que varios de mis escritos para Cruce solamente aparecen en la antigua plataforma de la revista, incluyo la columna compartida en este enlace: <https://norbertobarreto.blog/2014/02/17/vistazo-a-la-prensa-hispana-en-nueva-york-en-la-decada-del-1930/>.
²Ver pp. 62-67: https://issuu.com/revistacruce/docs/cruce_-_soy_porque_somos_-_mujeres_raza_genero_e
³Para más información, ver:<https://www.latinorebels.com/2023/05/12/supremecourtjuntasovereignimmunity/>.
⁴Por ejemplo, ver: <https://remezcla.com/culture/who-is-bianca-graulau-reporter-bad-bunny-docu-music-video-el-apagon/>.
Obras citadas
Berríos Polanco, Carlos Edill. “Supreme Court: Puerto Rico’s Fiscal Control Board Has ‘Sovereign Immunity.” Latino Rebels, 12 May 2023. https://www.latinorebels.com/2023/05/12/supremecourtjuntasovereignimmunity/
Bird-Soto, Nancy. “Latines y GeneracionX.” Revista Cruce - Soy porque somos: mujeres, raza, género e identidades en expresión, marzo 2023, pp. 62-67. https://issuu.com/revistacruce/docs/cruce_-_soy_porque_somos_-_mujeres_raza_genero_e
Hey-Colón, Rebeca L. Channeling Knowledges: Water and Afro-Disasporic Spirits in Latinx and Caribbean Worlds. The U of Texas P, 2023.
Keating, Ana Louise, editor. The Gloria Anzaldúa Reader. Duke UP, 2009.